Bien cerca quiero estar de la orilla.
Siempre a punto,
siempre cerca;
tanto, que un débil soplo podría
cortar el nudo,
matar la espera.
Bien cerca quiero estar del abismo.
Por si acaso,
si se ofrece.
Caminar por la orilla del risco.
Por si me canso,
por si anochece.
Asomar los ojos hacia el fondo.
Paso en falso,
piedra suelta.
Vértigo nutrido de abandono.
Mi fiel cadalso,
mantente cerca.
[Imagen: Thomas Cole, El diablo empujando
al monje desde el precipicio]
excelente
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