A los dioses errantes:
Cuando
el
hombre
terminó
su
estancia
sobre
la
faz
de
esta
Tierra
–perecido
por
la
causa
más
cómica
que
se
puedan
imaginar–
se
desclasificaron
los
Archivos
Divinos
para
todos
los
que
formábamos
parte
de
la
organización.
Dios
no
vio
la
necesidad
de
seguir
manteniéndolos
bajo
llave,
y
en
recompensa
a
nuestro
milenario
trabajo
nos
permitió
una
noche
a
solas
con
Aletheia,
o
como
se
le
conoce
en
los
bajos
mundos,
Veritas,
su
secretaria
–tan
seductora
como
en
sus
mejores
días–,
de
la
que
extraje
los
secretos.
Así que si usted es un dios errante,
cuyas creaciones languidecen al contacto del viento, o una vez
alcanzado el mínimo desarrollo social se matan entre sí, esta
información será, sin lugar a dudas, de su Altísimo interés, pues
de sobra es sabido que Yahvé® es el mejor desarrollador de
programas en esta mitad del Holos.
En efecto, yo fui trabajador de alto
rango, lo cual me dio acceso a los Inmaculados Planos Maestros de la
Creación Humana (IPMCH). Con respecto a lo que les ofrezco, pueden
elegir una de tres opciones –que van aumentando de precio según la
garantía de resultados. Permitan que, brevemente, las describa. El
punto clave del proceso está en la Génesis.
Es
verdad
lo
que
se
rumora
sobre
su
proceder
y
astucia,
lo
de
los
seis
días
y
el
resto,
pero
no
se
revelaron
los
preparativos,
digamos
los
ensayos,
para
la
creación
de
su
obra
maestra
–con
la
que
esperaba
opacar
su
opera
prima,
la
luz.
El
primer
simulacro
de
hombre
inició
como
la
historia
que
todos
conocen,
Dios
le
prohibió
comer
aquellos
frutos
–otros
prefieren
censurar
el
fuego
a
sus
criaturas,
eso
es
cuestión
de
gusto
personal.
Pero,
señores
míos,
aquí
viene
lo
bueno:
la
creación
acató
al
pie
de
la
letra
las
recomendaciones.
El gozo del Jefe fue mayúsculo, pero
no permitió que su primer Adán notara el júbilo, pues así podría
inducirlo al pecado de vanidad. Sin embargo, entre nosotros, hicimos
fiestas centenarias para festejar, y ni les cuento hasta dónde llegó
la fiesta –por eso cuando su hijo volvió todo maltrecho, no tuvo
el cinismo de reclamarle por lo de Magdala.
Aquel
primer
intento de hombre
lo
tuvo
todo,
sin
dolor,
sin
trabajo.
A cambio,
como
estaba
escrito,
las
reproducciones
nacían
exentas de
pecado
original.
Construyó
civilizaciones
perfectas,
carentes
de
pobres,
de
humillados.
Con
todo,
sucedió
que
–fluctuación, no
hay
ecuación
perfecta–
alguno
asesinó.
Al
encontrarse
libres
de
pecado
y
albedrío,
la
culpa
se
imputaría
únicamente
al
creador.
Así,
puros,
podrían
exigirle
a
Éste
cualquier
cosa,
cualquiera;
si
el
Otro
se
opusiera,
se
autodestruiría
al
instante,
en
un
movimiento
fatal
de
autonegación.
No
lo
pensó
dos
veces
el
Boss
y
mandó
la
primera
versión
de
diluvio
–antivirus
muy
conocido
actualmente
pero
en
fase
experimental
por
aquellos
días.
Los
pobres humanitos
vieron
las
aguas
implacables
caer
sobre
sus
rostros
sorprendidos,
sin
malicia,
llenos
de
virtud.
Dios
estuvo
centurias
en
su
escritorio;
reinició
el
sistema,
con
las
mismas
condiciones.
De
todo
el
plan,
la
única
cuestión
aleatoria
–todo
sistema
perdurable
debe
tener
por
lo
menos
un
resquicio
de
incertidumbre,
es
lo
que
los
dioses
inexpertos
ignoran
y
por
eso
sus
universos
son
tan
inestables
y
se
esfuman
al
primer
movimiento
de
un
átomo–
consistía
en
el
volado
de
si
el
mentado
Adán
se
comía
el
fruto
o
no.
Al
tercer
intento
por
fin
desobedeció
a
Dios,
quien suspiró
aliviado
y
se
sentó
a
observar
cómo
sus
productos
se
alimentaban
con
el
árbol
del
conocimiento;
el
hombre
era
culpable
de
sus
actos,
todo
normal.
El
Coach
no
previó
que
con
esa
inercia,
el
hombre
llegaría
al
árbol
de
la
vida;
con
la
eternidad
de
su
lado,
llegaría a tener la capacidad
filosófica
para
debatir
contra
Él
y
vencerlo,
la capacidad científica
para
emanciparse
de
su
dominio.
Cuando
todos
vimos
que la segunda versión de Homo
se
llevaba
el
fruto
más
nutritivo
por
haber
a
la
boca
pusimos
el
grito
en
el
cielo.
¡Por
fortuna
eran
simulacros!
Apretamos,
por
primera
y
última
vez
–hasta
ahora–,
el
panic
button
celestial
cuando
vimos
a
los
alzados
acercarse
para
reclamar
La
Gloria.
PAY
(Person
Above
You)
deshizo
el
trabajo
una
vez
más
–Esta
versión
de
Homo
la
desaconsejo
por
completo.
En
aquel
momento
nuestro
universo
era
dual,
sólo
existían
dos
probabilidades
para
cada
posibilidad,
A
o
B,
sí o no, águila o sol como
dicen algunos hombres.
En
el
volado-Adán
ya
habían
salido
los
dos
resultados,
así
que
no
había
más,
se
decretó
abortar
el
proyecto
–uno
más
ambicioso
no
se
había
intentado
jamás
por
deidad
alguna.
El
Boss
estaba
inconsolable,
consideró
a
ratos
dedicarse
a
la
elaboración
de
baratijas
que
se
multiplican
y
prosperan,
sí,
pero
que
sólo
saben
devastar,
como
ratas,
cucarachas
y
elefantes
de
tres
estrellas.
Fue
cuando
su
servidor,
dueño
de
la
previsión,
entró
en
escena,
el
mejor
asesor
técnico
de
Yahvé®.
Estudié
los
Planos
por
última
vez,
en
efecto,
no
había
forma
de
mejorar
el
Programa
Adán,
como
Él
suponía.
Pero
dejando
el
proyecto
como
estaba,
se
me
ocurrió
integrar
un
patch
a
la
plataforma
programática:
¡Violar
el
tercer
excluido!, es decir, sí
y no, o ni
sí ni no.
Cuando
presenté
la
idea
en
la
Junta
Técnica,
todos
palidecieron,
“¡El
mismo
Dios
desaparecería
al
instante!”,
gritaron
al
borde
de
la
histeria.
Pero
el
Coach
se
frotó
las
manos
–¡Porque
aplicaría
mi
idea
sin
darme
el
crédito
a
la
postre!
Quería
un
régimen
monoteísta
y
lo
consiguió;
ésta
es
la
verdadera
razón
para
que
ofrezca
a
ustedes
los
IPMCH.
Por
milenios
anduve
sin
comer
nada,
desarrollé
el
operador
que
permitía
saltar
la
naturaleza
dual,
la
base
estaba
lista.
Sólo
se
necesitaba
ayuda
extra,
algo
que
alentara
al
hombre
a
comer
del
primer
árbol
y
lo
entretuviera
mientras
llegaba
Dios
–pues
si
Éste,
que
espiaba
desde
unos
arbustos,
aparecía
en
el
acto,
Adán
y
Eva,
una
vez
alimentados
con
el
conocimiento,
intuirían
la
farsa.
Con
esa
misma
distracción,
el
veredicto
divino
se
dictaría
antes
de
que
llegaran
al
árbol
de
la
vida.
¡Toda
una
maquinaria
lógica
y
teatral
para
que
el
Mundo
iniciara
tal
y
como
Él
lo
deseaba!
Por
cierto,
el
aliado
histriónico, la ayuda extra,
fue
la
célebre
Snake,
autoridad
en
el
arte
del
engaño,
que
sin
ella
nada
se
hubiera
logrado
–¡Eso
no
lo
reconoce
el
Boss!
Así logramos la criatura que quería,
a medias, temerosa, indecisa, que siempre aspira a la perfección y
nunca la logra, experto constructor de templos ¡Ideal para la
adoración! PAY se sentó a contemplar, encantado con las
tragicomedias mundanas.
¿Quieren más ventajas?
Se
desarrolla
poco
a
poco
–lo
que
permite
al
dueño
intervenir
eventualmente
para
personalizar
sus
propios
hombres:
hacerlos
místicos,
mejores
cazadores,
modificar
su
cultura–,
su
última
etapa
de
evolución,
Sapiens,
duró
unos
160
mil
años
–cualquier
Eukaryota
inteligente
que
ustedes
puedan
crear expirará
en
la
mitad
de
tiempo
si
son
afortunados,
de
eso
estoy
seguro.
Lo que se llama civilización
–no las vulgaridades que he visto a algunos de ustedes moldear (no
digo nombres para no herir Susceptibilidades)– les duró unos 3 mil
años, después de este periodo se aniquilan a sí mismos y a su
entorno, error informático que, según lo que sabemos hasta el
momento, no se puede evitar, toda cultura acaba en la autodestrucción
–si algún desarrollador les promete lo contrario, tengan por
seguro que les quiere ver la cara de mortales.
Se
está
trabajando
en
la
línea
o
versión
2:
creaciones
de
creaciones
o
cyborgs,
sin
pasiones
que
atenten
contra
su
iglesia
–lo
cual
le
quita
la
diversión,
la
adrenalina
de
saberse
olvidado–,
consumen
menos
recursos,
menos
neguentropía,
lo
que
acaba
por
alargar
la
vida
útil
de
sus
universos.
Sin
embargo
aún
está
en
pruebas,
es
altamente
inestable.
Señores, ésta es mi propuesta, he
expresado los motivos que sulfuran mi pasión para vender la
información: la co-autoría que tengo sobre el hombre ha sido
ocultada.
Pero
¡Ay
del
reino
de
los
Dioses,
si
en
el
colmo
de
su
avaricia
no
ofrecen
pagar
lo
justo
por
este
fino
trabajo,
si
nadie
sabe
costear
lo
razonable!
Entonces
daría
los
IPMCH
a
cada
una
de
sus
creaciones
con
capacidad
de
entenderlos,
y
si
no
hubiese
ninguna,
iría
al
mismo
infierno
a
entregarlos
a
los
hombres
más
capaces:
¡El
programa
programándose!,
open
source
por
si
fuera
poco.
Entonces ustedes
desearán
que
Adán
hubiese
accedido
al
árbol
de
la
vida.
ATTE.:
Ing.
Prometeus.
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